Si estás aquí probablemente ya sepas lo difícil que es esperar con niños; si no se tiene nada que hacer; por ejemplo, esos eternos minutos entre que pides algo en un restaurante y te lo traen, o el rato de esperar al pediatra, etc. Sí, ¿verdad? Sabes de que hablo.
¡Que no cunda el pánico!
Con poca cosa y algo de imaginación podemos convertir ese rato de esperar en algo divertido. Aquí os traigo una propuesta de andar por casa que tiene muy buen resultado:
El mercadillo DiY:

Ya veis, con cuatro papeles, hemos creado un mercado improvisado; hemos trabajado lecto-escritura al escribir el nombre del mercado, la creatividad encontrando la manera de dibujar frutas y la expresión artística.
A la vez, es un juego con el que podemos trabajar las matemáticas ya que podemos poner precios a las frutas que vendemos y jugar a tiendecitas haciendo juego simbólico junto con matemáticas.

Además este mercado iba a ser internacional; pero no nos ha dado tiempo.
Aunque en casa sí que lo podéis hacer internacional, claro; simplemente podéis poner en diferentes idiomas los nombres de las frutas, verduras, lo que sea que vendáis en el mercadillo. Y ya estáis aprovechando para practicar idiomas.
Aquí os dejo la foto de mi mercadillo, por si queréis aprovecharla i directamente imprimir. Aunque yo aconsejo que dibujéis la paradita con vuestros peques; es muchísimo más rico, sienten que forman parte de la actividad de una manera mucho más vivida y es mucho más fácil que se impliquen luego en el resto de actividades que pueden costarles un poco más; cómo escribir todas las palabras, pensar las palabras en diferentes idiomas, o ponerse a hacer sumas y restas con lo que se quiera comprar o vender.

Y vosotros, ¿que juegos así de «pim-pam-pum» hacéis?